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svgJorge Quinterosvgseptiembre 20, 2022svgGrowth, Marketing

¿Otro blog de liderazgo? Quizás este sea diferente, así sea un poco

El liderazgo conlleva un montón de habilidades que sirven para guiar y acompañar a un grupo de personas. Ahora bien, si un líder solo guía y acompaña por medio de esas habilidades  siendo capaz de influenciar en su grupo, pero no aporta ideas y no motiva a sacar lo mejor de cada uno de su equipo, está frito.

Y es que los líderes deben ser personas que influyen en las vidas de las personas, desde lo personal hasta lo profesional; no precisamente debe conocer la vida privada de los integrantes de su equipo para moverlos de forma personal, quizá solo baste con conocer su entorno y sus gustos para poder apoyarlos en otro nivel. El ejemplo es clave – los que me conocen saben que soy un hombre de ejemplos-. Muchas veces poner ejemplos del cómo actuar, cómo responder, cómo proceder, cómo refutar (con respeto siempre) hacen que los equipos entiendan de forma más clara el deber ser o por lo menos los diferentes puntos de vista de una situación. Profesionalmente funciona igual, o bueno muy parecido, partiendo del hecho de que como líderes tenemos claros los objetivos de las organizaciones  y ¿cómo ser un buen líder si no damos ejemplo, verdad? acá sí es vital ser un ejemplo a seguir, no implica que en lo personal no, obvio también,  pero son contextos diferentes. Si dentro de la organización no damos ejemplo de cómo debemos actuar en situaciones específicas o como solventar los problemas de una forma positiva y asertiva, vuelve y juega estamos fritos como líderes, ¿por qué? y bueno la respuesta es sencilla y muy evidente para muchos; pero es simplemente porque el líder es un guía, un motivador, una persona que no solo se echa al hombro las responsabilidades y potenciales problemas sino que busca soluciones con su equipo, ojo que escuchando a tu equipo se encuentran más y tal vez mejores soluciones, de ahí que el trabajo en equipo sea fundamental a la hora de querer ser un buen líder. 

 

Según Max Weber (sociólogo, economista, jurista, historiador y politólogo alemán de por allá los 1800 y pico), un líder es la persona encargada de guiar a otras por el camino correcto para alcanzar objetivos específicos o metas que comparten, es la persona que guía al grupo y es reconocida como orientadora.

Y si en los 1800’s ya se hablaba de “guía y orientador” ¿qué ha cambiado entonces? todo y nada, porque en realidad, su principio fundamental es el mismo, ahora bien si han cambiado, y radicalmente las formas de hacer las cosas, entonces hay que ponernos al día con los tipos de liderazgo.

 

Entonces, ¿Existen tipos de liderazgo y hay uno mejor que otro?

Pues sí, y es que dependen de dónde estemos o cual sea el contexto, Hitler por ejemplo era un líder (malvado para casi todos), pero líder, su objetivo era marcar la supremacía alemana en el mundo guiando a muchos hombres hacia esa conquista pasando incluso por encima de valores mismos de la sociedad; es decir entonces que dependiendo del objetivo, lugar geográfico y  características culturales en las cuales te encuentres tendrás que tener más cualidades de un liderazgo que de otro.

 

Algunas de las características de los tipos de liderazgo ( y pilas que no es un tema de concepto sino de estudio) más conocidos que existen son las siguientes.

 

El liderazgo autoritario

En este se impone la voluntad del lider y este no acepta la creatividad de su equipo, usualmente se basa en el miedo el miedo y elimina todo tipo de pensamiento que no vaya con las directrices enmarcadas. Siempre es de una sola vía en la cual  el líder manda, los empleados obedecen las órdenes y punto. 

Que si es bueno o malo, dependerá del contexto sin duda, organizacionalmente hablando está mandado a recoger, pese a que en muchas empresas se ven casos y es que su implementación es muy sencilla además no cuesta nada en empresas donde “lo que hay que hacer es caso”. Sin embargo, como mencionaba en estas épocas es raro encontrarlo, más aún donde los empleados esperan más que recibir órdenes.

 

 

El Liderazgo transaccional

Tu me das yo te doy. Tambien es muy conocido, como liderazgo gerencial y  se basa en un intercambio o transacción. El líder premia a los trabajadores que realizan sus tareas y castiga a los trabajadores que no las  cumplen o por lo menos no las cumplen con algunos “mínimos”  estándares.

 

Este tipo de liderazgo aparece porque se asume que los individuos no son autónomos y necesitan o requieren de una estructura además de una supervisión.

 

Este tipo de liderazgo hoy en día no es muy usual debido a que se espera mucho aporte de los equipos en las decisiones o tareas de la organización.

 

El Liderazgo participativo

Este tipo de liderazgo al contrario de los anteriores si incita a los equipos a trabajar por motivación propia y que los objetivos se logren de forma colectiva, destacando el propósito más que el resultado. 

 

No solo promueve la comunicación entre todo el grupo sino que toma en cuenta todas las opiniones y visiones de los individuos, aunque la decisión final suele recaer en el líder, quien al final opta por tomar la mejor decisión en función de los objetivos y el equipo.

 

Puede que este tipo de liderazgo de una percepción de que no hay la necesidad del mismo, sin embargo es vital que el líder (al ser sobre quien recae el peso de la decisión) conozca el problema, oriente al equipo y de luces de los mejores caminos para las soluciones requeridas.

 

El Liderazgo transformacional

Este tipo de liderazgo es reconocido porque el  líder mantiene una comunicación fluida, constante y asertiva con el equipo que se percibe como una mezcla de confianza y seguridad en lo que saben hacer y cómo esto aporta a los objetivos de la organización, guiándolos y entendiendo sus fortalezas.

 

El líder transformacional logra sacar lo mejor de cada uno de los coequiperos y mejor aún sabe cómo potenciar al máximo las habilidades de todos en función de los objetivos personales y profesionales. Este es uno de los tipos de liderazgo más completos que existen, porque sin duda el líder tuvo que empatizar, conocer, reconocer, guiar y  dirigir al equipo ganándose el título de motivador, es un ejemplo, es un mentor y logra potenciar como debe ser.

 

El Liderazgo laissez-faire

Este tipo de liderazgo tiene una premisa o fundamento: “deja hacer a tus empleados, ellos saben lo que deben hacer”. Esto significa que  el líder laissez-faire no es demasiado abierto a dejar que las cosas pasen, porque deben pasar ya que confía en la experiencia y en la motivación de cada uno de los integrantes de su equipo.

¿Es este entonces un tipo de liderazgo? Y bueno, hay un líder, que no sea impositivo no implica que no haya liderazgo, ahora bien es un modelo basado en la confianza y de alguna forma el líder conoce las capacidades de todos y cada uno de los integrantes del equipo lo que implica que tuvo que aplicar alguna habilidad en conocer y guiar a los participantes a un modelo autónomo.

  

Para terminar y no menos importante ¿Cómo ser un buen líder hoy en día donde muchas empresas manejan equipos a distancia?

 

Sin duda la pandemia nos dejó cambios muy grandes, quizá el más significativo a nivel organizacional fue tener esquemas híbridos o no presenciales para cumplir nuestras labores. De ahí que las habilidades de nuestros líderes han de ser reforzadas en la forma de comunicarse, la motivación que imprimen y la guía que deben dar a sus equipos. 

Es vital, en lo personal, manejar algún tipo de rutina o metodología que permita al líder tener seguimiento no solo de su equipo sino de sí mismo en su modelo de liderazgo. Acá seguimos con los ejemplos.

Tener una reunión de planeación al inicio o final de mes, nos puede ayudar a entender qué pasó con los objetivos planteados y cómo abordar los nuevos retos. Así mismo un seguimiento diario o semanal con el equipo de menos de una hora para iniciar el día puede funcionar muy bien más aún cuando estamos en un esquema híbrido o no presencial.

 

Una reunión de uno a uno (1:1) al mes también permitirá conocer de forma individual si estamos impactando o no a nuestros coequiperos, esta reunión puede contener un componente personal y uno profesional, así logramos dilatar la tensión de “una agenda con el líder”, debe ser una sesión amable, estructurada y muy ágil que no solo le permite al líder conocer cómo están los integrantes de su equipo, sino ver en donde puede ayudar para que los objetivos se logren. 

 

La metodología o rutina que uses debe contemplar el seguimiento de las tareas encomendadas y las entregas de las mismas, si usas una herramienta en línea mejor, porque puedes dar feedback en tiempo real, asana, trello, monday, son algunos ejemplos de herramientas que te permitirán ser más asertivo a la hora de conocer en qué van las tareas.

Para cerrar, ser un buen líder no es ser el mas bacán, o el que mejores resultados muestra, tampoco es como esa imagen rupestre que se ve mucho que compara al “jefe” con el “líder” donde uno está encima del bloque (de la pirámide) dando látigo haciendo ver al “jefe” como tirano y el la del “líder” que esta junto a todos ayudando a jalar el bloque; si lo homologamos con una manada de lobos los “alfa” no sólo guían a los demás, dan orden por edades, estados físicos y capacidades, además se encargan de cazar, guiar, cuidar y hacer todo lo posible por llegar a su destino completos y de la mejor forma. 

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