Este sí que es un blog muy personal
Después de mucho dudarlo y pensarlo me atreví a escribirlo y publicarlo ¿Y por qué no hablar abiertamente de algo que nos hace mucho daño?
Uno de los males más grandes de muchos, sin saber que lo tenemos – o quizá sí – se llama ENVIDIA. A muchos les molesta ver que a su familia, amigos o colegas les va bien, o que saben de algo más que el resto, o que logran sus metas, que tienen disciplina, que son queridos, que «les salen las cosas», como dicen por ahí; bueno el listado es largo, pero ya creo que me entendieron el punto.
Lo que no ven, o mejor, no vemos – porque todos hemos sentido envidia alguna vez, y claramente me incluyo –, es que ese sentimiento realmente nos está matando por dentro, acaba con nosotros, sin darnos cuenta – o tal vez sí, pero puede que eso no le importe a algunos –, nos carcome lo bueno y saca lo peor de nosotros, literal como dicen, borra con el codo lo que hacemos con la mano. Y es realmente triste, porque así como este sentimiento dañino atrae pensamientos negativos, al sentir todo lo contrario como: alegrarnos, enorgullecernos y exaltar a los demás, nos traería muchos beneficios emocionales y nos ayudaría a crecer como sociedad.
Seguramente estarás pensando que este no es el lugar para hacer catarsis, dado que es mi blog de cosas de marketing, producto, ventas o growth, pero sin duda alguna y después de pensarlo mucho, este es el lugar perfecto para escribir esto porque no hay forma de ser grandes profesionales si no somos grandes personas. Me atrevo a escribirlo aun cuando muchas veces lo he sentido, y sumado a esto, porque de un tiempo para acá he preferido alejarme de personas que quería y admiraba por sentir que mis éxitos les molestaban. Se supone que los amigos están en las buenas y en las malas, algunos dirán que en las malas se ven los verdaderos amigos, pero y si en las buenas lo que sienten es envidia, pues qué amigos son esos, ¿no?
Mi mensaje no pretende cambiar el mundo, sino tal vez procurar que nos demos cuenta que con ese sentimiento no ganamos nada; más bien empecemos a alegrarnos de corazón por los triunfos de los demás, entendamos que no han o hemos llegado a dónde están o estamos por suerte, rosca o más cosas que se piensan, y que nuestra carrera ha estado llena de obstáculos y como guerreros los hemos solventado, que estamos donde estamos porque nos lo merecemos y lo hemos luchado.
Espero que esta reflexión nos pueda ayudar a entender que es mejor pensar en positivo, alegrarnos de los logros de los demás y que de esa forma podremos no solo ser mejores personas sino que empezamos a ser más felices, lo que se proyectará en que todos tengamos mejor calidad de vida.