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Un llamado a la empatía y el respeto mutuo: Ser buenos clientes no cuesta más

Tener en una agencia de growth marketing es un reto emocionante. Impulsamos negocios, diseñamos estrategias, y construimos caminos hacia el éxito. Pero también es un trabajo que requiere colaboración y confianza mutua entre cliente y agencia. Lamentablemente, no siempre es así. Hoy quiero hablar desde el corazón y compartir una problemática que afecta no solo a mi equipo y a mi empresa, sino también al equilibrio profesional y personal de quienes nos dedicamos a esta industria.

 

El abuso que no podemos normalizar

He visto de todo: clientes que creen que pueden pagar cuando quieren, que no respetan los acuerdos, que exigen mucho más de lo pactado sin considerar los costos adicionales, y que esperan resultados inmediatos en condiciones que ni siquiera permiten trabajar correctamente. Algunos incluso han intentado sonsacar talento de mi equipo o les escriben a cualquier hora, olvidando que detrás de una pantalla hay personas con vidas propias.

Esta conducta no solo es desgastante, también crea un ambiente de desconfianza y tensión que impide lograr resultados reales. Para que quede claro: no somos genios de la lámpara mágica que pueden conceder deseos sin esfuerzo. Somos socios estratégicos comprometidos en el crecimiento de sus negocios, pero el éxito requiere que ambas partes trabajen juntas, respetando los límites y cumpliendo con los acuerdos.

 

Lo que implica ser un buen cliente

Un cliente ideal no es aquel que paga más, sino quien entiende y respeta el proceso. Aquí hay algunos puntos esenciales que invito a reflexionar:

  1. Respetar los acuerdos: Cuando firmamos un contrato, estamos estableciendo las reglas del juego. Respetarlas no es solo una cuestión de profesionalismo, es también de valores.
  2. Cumplir con los tiempos de pago: Retrasar un pago afecta todo el flujo de trabajo y la motivación del equipo. Si queremos resultados de calidad, debemos garantizar que los recursos necesarios estén disponibles.
  3. Colaborar activamente: Si la empresa no está organizada, si los insumos necesarios no se entregan a tiempo, o si no hay una visión clara de los objetivos, es injusto exigir resultados excepcionales.
  4. Valorar el trabajo del equipo: Intentar llevarse al talento de una agencia no solo es éticamente cuestionable, también destruye relaciones y genera un círculo tóxico de desconfianza.
  5. Ser realistas y comprensivos: Los resultados extraordinarios llevan tiempo, esfuerzo y dedicación. La magia no sucede de la noche a la mañana.

Una relación de beneficio mutuo

Las agencias somos aliados que buscamos impulsar sus sueños, pero también necesitamos clientes que confíen en nuestro trabajo y nos den las herramientas para hacerlo bien. El respeto mutuo no solo mejora la relación cliente-proveedor, también acelera los resultados y genera proyectos de éxito.

 

Así que hagamos un trato: nosotros, las agencias, seguiremos dando lo mejor de nosotros, esforzándonos por superar expectativas y aportando todo nuestro conocimiento. A cambio, pedimos empatía, compromiso y respeto por parte de ustedes. Recuerden: lo barato sale caro, y los atajos rara vez conducen a los grandes resultados que todos deseamos.

 

A los buenos clientes que saben valorar el esfuerzo y a los que están dispuestos a mejorar, les doy las gracias. Ustedes son la razón por la que seguimos haciendo lo que amamos. Y a los que todavía no han dado ese paso, les invito a reflexionar. Ser un buen cliente no solo hace la diferencia en los proyectos, también en las personas que trabajan en ellos.

 

Gracias por leer esto y, sobre todo, por construir un futuro donde todos podamos crecer juntos sin pasar por encima de nadie, respetando y valorando el apoyo de los demás.

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